Lista de contenidos
- Primera puerta: proceso de introspección
- Un nuevo punto de vista a través del otro
- La bruma mental
- El odianismo es el camino de la fortaleza
- Una práctica
Primera puerta: proceso de introspección.
A veces, necesitamos a otros para disipar el miedo y las dudas. Después de reunirme con un amigo el fin de semana, comprendí que era momento de adoptar un punto de vista diferente. Estando al final del trabajo de introspección, me enfrento a cosas que prefiero no encarar en mi día a día. Esta bitácora cubre los días 11, 12, 13 y 14. Pensé en no integrar el día 11 porque el trabajo no estuvo ritualizado, pero entendí que mientras esté en este proceso, todo lo que hago y dejo de hacer lo afecta de alguna manera. El trabajo no se limita al altar. ¿Has hecho algo como esto alguna vez? ¿Habías pensado en cómo permea toda tu vida? Te invito a dejarlo en los comentarios.
Un nuevo punto de vista a través del otro.
Es verdad que este camino es individual, tanto en sus resultados como en su tránsito. Quizá todos los senderos lo sean, independientemente de la polaridad que utilicen. Sin embargo, no soy la persona más resistente en los aspectos emocionales. Aprendí demasiado bien que los sentimientos se esconden y solo se admiran en secreto.
Hay cosas en las que trabajas y que se resuelven con facilidad, y otras que no. Sin embargo, debo admitir que esta semana el estrés se acumuló más de lo deseable. Esa sensación de querer ser suficiente, o incluso más de lo que crees ser en este momento, puede ser abrumadora.
Me terminé desahogando con mi amigo. No pensé que algo aprendido en un anexo pudiera ayudarme. Para ser sincero, desprecio la debilidad que encuentro en el argumento «soy un adicto y siempre voy a serlo», así como en ponerte en manos de un poder superior. Si rogara a Odín, el señor estaría decepcionado de mí. No es un dios cruel, pero tampoco es especialmente compasivo. Se requiere fuerza y una firme convicción para llegar a Valhalla. A veces, puedes aprender de las fuentes más inesperadas.
No me malinterpretes, no desprecio a mi amigo. Lo que quiero decir es que una de las cosas que me dijo es que a veces queremos presionarnos para volar cuando lo que realmente necesitamos es un reenfoque. Si en este momento estás sumido en la bruma mental, deberías construir sobre lo que es claro. Esto también te puede ser útil si estás siguiendo la práctica propuesta en la bitácora anterior. Si, como yo, solo te visualizas a uno o dos años y lo que tienes enfrente te absorbe por completo, déjalo ser. No sigas atacando por ahí.
La bruma mental.
Hay una bruma que se instala en tu cabeza —¿te ha pasado o solo soy yo?— que no te deja ver más allá de lo evidente. Nuestra cultura de la recompensa inmediata está demasiado enfocada en el presente.
Sin embargo, así como ver hacia atrás o hacia adelante todo el tiempo no nos deja ver lo que tenemos en este momento, avanzar sin un destino claro puede hacer que nos perdamos en el camino. El enfoque del trabajo interior en este sendero no es el de la lucha interna. LaVey, en su magia de la indulgencia, nos habla acerca de no negarnos placeres, pero tampoco de ser esclavos de ellos. Si quieres comer de más, hazlo; si subes de peso, puedes recurrir al orgullo para volver a tu estado anterior. ¿Es tan malo quedarte más tiempo en cama? Puedes disfrutar de un poco más de pereza y, si en el camino te dan ganas de auto-complacerte, ¿qué más da estar un poco más relajado y satisfecho? El punto es no volverte esclavo de tus pasiones, y esto suele ocurrir cuando las confrontas como si fueran enemigos; es normal que tus pulsiones se defiendan.
Aplicando esta filosofía a la bruma mental, ¿por qué forzarla? Lo único que conseguí fue frustración y la idea de que “debo” tener un plan a tres, cinco, diez y veinte años. Pero, ¿no estamos en este camino para librarnos del lastre del deber? Si estás en este sendero, no “debes” hacer nada. «Haz tu voluntad será la única ley», dijo Crowley, sin añadidos como los de Gardner de “a nadie dañes”. Ningún karma amenaza a quien es capaz de crear su propio Wyrd de forma consciente.
El odianismo es el camino de la fortaleza.
Este sendero es para los fuertes, los valientes, los honrados. El destino en la cosmogonía nórdica está compuesto de dos aspectos tejidos por las nornas, diosas del destino.
El primero es el orlog. Es un destino relacionado con vidas pasadas, con el entorno, con tus ancestros y los juramentos que haces, los regalos que ofreces y los que recibes. Estos se graban profundamente en tu camino, y es difícil, quizá imposible, modificarlos.
El segundo elemento es el que nos atañe. El wyrd es un hilo forjado con nuestras acciones. No son deudas, sino la simple acción mecánica del universo respondiendo a nuestros actos. A diferencia del karma, que se relaciona con la moral, la culpa y el deber, el wyrd es una mera reacción. No tiene más finalidad que responder a lo que hacemos. Si aprendemos a calcular estas acciones, podemos esperar ciertos resultados con mayor seguridad, aunque no del todo; un universo previsible sería aburrido.
Desde este punto de vista, podemos modificar las cosas, pero eso requiere un trabajo profundo. Si la bruma no te deja ver dónde pisas, visualiza entre la bruma lo que quieres. Vuélvelo un fuerte deseo, y lo demás se irá revelando cuando estés listo. No por acción de un universo compasivo u orgulloso, sino porque serás tú quien encontrará lo que necesitas, lo que complementa tu deseo.
Una práctica:
Exploremos un poco más la utilidad del galdr.
Usa alguno de los nombres que proporcioné en la primera práctica (Wodanaz, Wiljon y Wihaz).
Usa el nombre por separado y recítalo nueve veces.
Te recuerdo que el canto rúnico implica alargar las vocales y cantar desde lo más profundo de tu ser. Si no eres capaz de visualizar o sentirlo, puedes utilizar una técnica de visualización. Cierra los ojos e imagínate en la oscuridad más plena. Al cantar, hazlo vibrando desde tu diafragma e imagina que una luz vibratoria aparece en la oscuridad. Estás en el vacío y lo vas a llenar con el nombre. Al principio, utiliza la imaginación y, con el tiempo, podrás “sentirlo”.
Los nombres se pronuncian Guodanaz, Güilyon, Güijaz. El primero es para la inspiración, el segundo para la voluntad, y el tercero para la santidad, lo sagrado.
Medita unos cinco a diez minutos después de la vocalización y céntrate en la cualidad del nombre que elegiste. Anota tus sensaciones.
La finalidad de esta práctica es que descubras cuál es tu voluntad más allá del ruido del entorno. Las primeras fases de un trabajo de mano izquierda se centran en el autoconocimiento y la exploración de tu psique. El sendero izquierdo trabaja proyectando desde el mundo subjetivo del practicante para modificar el externo. Puede que descubras deseos reprimidos, voluntades bloqueadas o inspiración que necesites en algún proyecto. En cuanto al nombre Wihaz, prefiero no condicionarte para que tú experimentes tu propio enfoque sobre lo sagrado. Puede que descubras algo inesperado o que sientas algo muy loco. Esta es tu verdad. Si consideras apropiado o quieres compartirlo con la comunidad, eres bienvenido. Considera que esta es tu gnosis personal, así que es una verdad tuya; si decides compartirla para discusión, te pido que no la tomes como una verdad universal.

Comparte tus experiencias o tus ideas con la comunidad. ¿Has sentido esta bruma mental de la que hablo? ¿Cómo la enfrentaste? También puedes participar en el grupo privado «Buscadores de la mano izquierda» en Facebook. Es un grupo privado para evitar spam y gestionarlo mejor. Te invito también a visitar mi otro blog, donde hoy mismo publicaré un artículo explicando mi visión de la mano izquierda. Si te gusta este trabajo, compártelo con alguien a quien creas que le puede gustar o interesar.
Soy Skoggangr, y este espacio es producto de mi voluntad.
¡Reyn til runa!