03 de mayo, 2025
—Entonces no es pena —dijo el mago blanco, convencido de haber trascendido ego y la elección entre izquierda y derecha— ni arrogancia. Es como que quisiera que todos vieran la verdad. ¿Entiendes?
No quise evitar que el asco se reflejara en mi cara. Porque a fin de cuentas se me hace hipócrita fingir que puedo respetar una posición tan obtusa y arrogante. Ni siquiera era eso, es que el tipo lo decía con el convencimiento de que estaba siendo noble. Y me reí.
Con el tiempo desarrollas una cascara para esas cosas. Te das cuenta quien esta bien adoctrinado y a quien le puedes hablar para intercambiar ideas. Eso no significa que no sacara algo que pensar de esa interacción. A veces tienes que pararte a pensar un poco en la postura de los demás.
Lo que se me hace más curioso de todo es que quienes dicen abogar por un sagrado camino unificador de la mano izquierda y la mano derecha siempre lo hacen desde su mojigata vision de la mano derecha. Dan vueltas por nuestras artes, o eso piensan, y regresan siempre a su camino con la arrogancia de quien conquista la oscuridad. Y te hablan de volverte uno con dios, y la sagrada magia de Jesucito. Y no está mal. La verdad es que a mi pocas cosas me parecen malas, supongo que tengo que trabajar en eso. Lo que si me molesta, es que quieran adoctrinarme como si conocieran a lo que me dedico. Creen que tontear con el ars goethia, protegido tras los nombres de su señor es conocer de demonios.
Teurgos blancos evocando el nombre de algún elohim y ángeles y arcángeles quieren casar al lobo Fenris con un pentagrama sin una sola runa. Cuidado, no sea que todos nos riamos menos ustedes, porque como Týr habrán perdido una mano. Entonces enseñaran el muñón diciendo con carita de pato solemne: “Son las consecuencias de trabajar con el bajo astral”.
Bien, así como se que no evocas a los hijos de Loki para tratar de contenerlos, sé que no conozco un alto astral, quizá porque no he zumbado tan fuerte. Pero como me niego a vibrar, ya sea alto o bajo, me atrevo a decir que las criaturas que llaman demoníacas las encuentro tan divinas como las que llaman celestiales, con ligeras diferencias: las segundas exigen que te doblegues a algo más grande; las primeras te consumirán si te doblegas. Puede que sea gracias a que conozco que Grímnir camina entre los hombres con su disfraz, engañando; mis dioses son como yo. Entonces por Óðinn dudaré de todo.
«Como todo buen mago debe hacer; ver más allá de las divisiones», acotarían estos personajes.
Hace poco empece a leer el libro de la vacuidad perfecta, aquí Lie Zi nos recuerda que los 10 mil seres estamos hechos de qi. Bravo somos seres de energía… pero esto significa qu estamos dentro de la gran mutación, es decir que somos seres creados; esto implica que podemos actuar fuera de las formas, pero no dejarlas por completo. Incluso los sabios confucianos tienen que elegir entre dar enseñanza de Ren (bondad/benbolencia) o Yi (rectitud/justicia). Esto es porque la gran mutación no tiene forma, pero da forma a todas las cosas; el uno se convierte en siete, el siete luego en nueve que es el numero de la transformación, así, dijeramos desde la magia draconiana, vuelve a ser uno, pero no el mismo uno, sino un uno remanisfestado, un uno nuevo. Si me gustaran los sincretismos raros diría que el Tao precede a Dios, porque es la nada increada, el caos creador, el Ginungagap. Y todo esto para decirle que no puede, al menos mientras viva en esta carne, ir más allá de las divisiones, al menos no de la manera que plantea. Si su camino es Ren no podrá ser Yi al mismo tiempo. Y si es Yi no podrá ser Ren, porque aunque son complementarios son parte del juego de las formas. Del mismo modo ocurre con la mano izquierda y la mano derecha. Incluso los dioses, incluido ese que se aferra a ver como absoluto, son seres de qi y están atados a las formas, duales, únicas, séptuples, etc. Volver al uno, como propone su camino espiritual, es volver al principio de la separación no volver a la nada que esta antes del todo.
Y así los magos blancos se atan a sus complicadas reglas, estancados en el confort moral de ser los buenos. No sufrir, no desear, no apegarse; la inconsciencia del sueño colectivo. Pero los magus negros no nos percibimos como malos. Me atrevería a diferenciar entre los magos negros de mano izquierda de los nacidos de su percepción de mano derecha. Mientras que los primeros buscamos liberarnos incluso del uno desde la aceptación de que somos seres de qi, es decir obligados a etiquetarnos, los segundos se asumen condenados por violar leyes inquebrantables. Atarse a las leyes morales de un dios es atarse a las formas; el tao fluye a través de estas visiones morales y hace lo correcto. Quizá hacer mi voluntad es la única ley.
Si voy más allá, y no creo que Lie Zi se imaginara a un Heithan citándolo en la ligera embriaguez de un sábado, y si aceptamos que dios es uno y es orden, entonces debemos asumirlo como algo mutable. El problema real empieza cuando ese mismo dios mutable se nos quiere presentar como inmutable. Y quiere ser increado, pero objetivamente no es la nada y detesta el caos, así no puede ser el principio de todo. Y si voy más allá infiero que existe un ciclo infinitamente extenso o inagotable donde volverá a empezar este mundo que detesta el mago que va más allá de las formas y las etiquetas, de nuevo, una y otra vez. Al menos la simple lógica es lo que nos dice. El raknarok no es el fin, pero saldremos de el remanifestados o seremos de nuevo la semilla que vuelve a su origen y no a la nada creadora.
«¿Y por qué alguien quisiera ir a la nada?» Esta es una pregunta que me hicieron en una conversación hace un par de años. A penas ahora tengo claridad en como se responde. Porque si llegas a la nada, a lo increado, en vez de volver al uno, seria otro uno, diferente y solitario pudiendo empezar un ciclo propio o diluirte en la preciosa nada. Depende de ti.
Por eso no busco llegar al uno, quiero llegar hasta la nada que precede al uno. Y conozco a un solo dios que me prohíbe eso, y solo por eso decidí no arrodillarme ante él y luchar mis propias batallas con mis propias manos y mis propios medios. Y me alió con los que se interesan en algo similar, o que entiendo que buscan lo mismo. Quienes mejores que aquellos que prosperan en el caos, el pandemonium. Pero no quiero justificarme, y menos con usted o sus similares. Para qué voy a gastarme en explicar cosas que no pueden concebir, mucho menos llegar a entender. Ya tiene una visión inamovible del mundo. Porque a través de los escritos de otros y de practicas de adoración llego a la conclusión de que usted mismo no es capaz de llegar a hacer nada más allá del uno. Y en vez de buscar respuestas o codiciar algo más decidió, unilateralmente, que nadie puede.
Su mundo se redujo a una jaula inescapable de los designios “amorosos” de un dios que le prohibe buscar más allá de él.
Sin duda los magos blancos se convencen de su verdad como absoluta cada que se encuentran con un Milarepa. Es conveniente olvidar que su vía no era espiritual sino pura venganza y resentimiento, que consumido por el odio destruyo la vida de cientos; nunca busco lo que nosotros buscamos en este sendero izquierdo. Nuestros iniciados no actúan por impulso, sino a sabiendas de lo que quiere obtener, incluso si implica destrucción. O cuando se encuentran con un Cipriano, mago legendáriamente mediocre. Cuando vio que la fe era más fuerte que su magia no redoblo los esfuerzos, sino que se arrodillo al dogma. Y bien encontraron su llamado espiritual en la luz, pero no son representativos de los nuestros.
Las vías espirituales antinómicas son antiguas como la propia religión. Porque siempre habremos quienes nos preguntamos que hay antes de dios. Porque siempre hay un dios oscuro dispuesto a darnos más de lo que la luz otorga. A robar el fuego a los dioses del orden y dárnoslo para usarlo en impúdicas y creativas ceremonias.
Entonces me niego a sentir pena por ellos del mismo modo en que arrogantemente sienten pena por mí. Y me niego a negarles la verdad de su camino, pero sepan que su verdad no es la mía. ¿Condenarlos como me condenan a mí y a los magos negros? Son los practicantes que pierden el camino y se dedican al proselitismo de la luz los que crean los monstruos en los que se basan para condenarnos. Creo que reducir su mundo de ese modo y ser padres de las abominaciones que detestan es suficiente. Ni siquiera Eliphas Levi creía en los cuentos que ahora se volvieron reales gracias a ustedes. Quizá al viejo Moloch no se le sacrificaban bebes mientras que el moderno los devora con avidez.
No no soy tan arrogante para sentir pena por ustedes ni para condenarlos o maldecirlos. Pero soy lo suficientemente prudente para cuidarme las espaldas de ustedes y sus narrativas. No hay nada mas peligroso que un mago blanco convencido de ser bueno.
Soy Skoggangr y este espacio es producto de mi voluntad. Reyn Til Rûna!
Gotitas de veneno:
Espero para quienes les interese que encuentren su camino sin meterse con el de otros mientras no sea necesario. La clave de esta entrada es Raido, el viaje simbólico y a veces fisíco dentro de esta Gran mutación (o eso pretendo igual es jerigonza al aire):
Al derecho fluye, como el tao, sin resistencias o morales, de forma espontanea. Al revés es dogma que retiene, confundido entre Ren y Yi. ¿Qué mas te cuenta la runa? ¿Cual es tu viaje y que partes de ti mismo te retienen?
Qué el ojo de Fafnir vigile el camino del adepto atrevido, en busca de tropiezos. Los héroes son quienes enfrentan al dragón para obtener su tesoro, beber su sangre. Solo los osados son dignos del Yelmo del terror.
