08 de junio del 2025
Estamos metidos en un bucle. Yo vengo de un futuro donde no se ha agotado lo que tenía que decir acerca de los dogmas de fe. Soy la proyección de un pasado que se da cringe cuando habla en publico de su hacer práctico. Y sin embargo aquí estoy en el bucle con ustedes. Prometo que es la última vez que los aburro con esto. La próxima entrada irá de dedos tiznados y señales, ¿qué saben, saben cosas? Vamos a averiguarlo. Sin embargo hoy es necesario hablar de profetas.
En los tiempos antiguos los profetas ya hablaban de tiempos antiguos. Imagino al Adán hablando a Set de los tiempos en el Edén, del mismo modo que los romanos hablan de la sabiduría que Tales de Mileto encontró en el sacro Egipto. Pero estoy más del lado de Tales que vino a derogar los viejos mitos para encontrar algo nuevo, algo útil en su coherencia.
Sin embargo los humanos somos frágiles y necesitamos seguridad y verdad.
Estar seguros de que lo que creemos es verdad. Que sea verdad que estamos seguros.
Entonces los profetas se inventan los relatos mas bizarros sobre tiempos inaccesibles. Nunca se preguntaron “¿y qué?”, solo querían convencernos. Y aunque parece que hoy en día nada nos convence, seguimos ensimismados en la nostalgia.
Hablamos mucho sobre el potencial humano, pero en vez de querer ser escarabajos parece que nos conformamos. Hemos llegado a vernos como una gorda gallinita ciega. Nos repugnamos y confiamos en que los viejos ritos sean expiación. En vez de comer raíces y pasar a pupar nos contentamos con tocar nuestro repulsivo abdomen, creyéndonos uroboros, sin ver las patitas, o sin darles importancia; nos convertimos en Gregorio Samsa, ignorando nuestra condición de artrópodo para cumplir viejas normas.
Siempre es más fácil creer que alguien alguna vez supo que carajo estaba haciendo en este mundo, que no navegaba dando palos de ciego como nosotros. Yo mismo he caído en las verdades antiquísimas e inefables. Y sin embargo estamos condenados a ser libres.
Estamos en un bucle, puedo sentir la corriente del tiempo pegada a mis dedos. Hay algo que teclea, un dragón en la oscuridad o un brote psicofántico controlado. O mi locura despertando, escoge el que te agrade.

Sin embargo, ese peso, esa corriente temporal me ha dicho que el Óðinn con el que me comunico no es el mismo Óðinn de los ancestros. Probablemente ni la grafía que uso esta bien traducida del nórdico antiguo al español mexicano. Y al mismo tiempo, puedo sentir que es el mismo, traído desde una corriente de tiempo alterna donde confluyen las ideas pasadas y futuras, superpuestas pero no mezcladas. El futuro suele impregnar el pasado.
No hay nada más dañino para una creencia que el conservadurismo. La tradición que vive evoluciona y en esa evolución se hace más poderosa. El paganismo que llegara a las futuras generaciones no será el mismo que vivimos hoy.
Pensemos esto: los que nos precedieron creían en una verdad universal, y no de la manera tibia en la que muchos creen hoy en día, sino que estaban dispuestos a quemar brujas en hogueras y a llevar a juicios horribles a los judíos que se oponían a su verdad. Ellos necesitaban algo de legitimidad que no es necesaria hoy en día. Podemos aceptar que el tarot fue inventado en el siglo XVII por algún artista florentino y eso no lo hace menos mágico, ni pervierte los caminos que nos ha ayudado a surcar.
En esa misma línea, la tradición rúnica que trabajamos hoy en día no es la que los antiguos escandinavos trabajaban, aunque seas el más folkish de los folkish. Quizá si estás muy alineado a la izquierda como yo esto te va a doler un montón: nuestra tradición rúnica moderna tiene mucho de los descubrimientos prácticos de un montón de protonazis que secuestrando una herencia humana y la volvieron nacionalista. Pero cada verdad, cada barbaridad del pensamiento puede ser sustentada entre cierto grupo de personas impresionables (recuerda el bucle si no has sido serás, si ya fuiste volverás a ser) disfrazándola de verdad antiquísima.
Pero no lo es. Eran ideas que necesitaban una fuerte legitimación y la consiguieron. Parece que la consiguen de nuevo en este maldito bucle en el que estamos.
Seamos sinceros, sus trabajos son útiles, tienen ideas rescatables, pero no por eso voy a respetar sus viejos y rancios delirios de ariosofia y la vieja e inexistente Thule. Ni los germánicos eran una sola cultura unificada, ni me interesa fingir que soy escandinavo o que tengo litros islandeses en mis venas. Me interesa poner runas en mi complejo almico porque resuena conmigo desde un pasado distante hasta un futuro incierto. Me interesa ver si hay un efecto real en el espacio y no seguir una simple fantasía.
Y entonces pasamos de Evola y von List a Thorsson. Ay maestro, le tengo una deferencia especial aunque no me conozca, porque su sistema me ha fortalecido y le dio rumbo a mi voluntad, pero no puedo hacer lo que me pide y respetar todas las organizaciones que se alinean bajo la “troth” porque su verdad esta racializada y no respeto eso. Mi Óðinn es tan grande que no se corta por el color de ojos y Jörmungadr… es una serpiente, qué sabe de genéticas. Y lo lamento, pero lo que a él le falto de crítica mordaz yo necesito ponerlo, para avanzar. Porque el maestro ve runas en las vigas y habla de viejos viktis haciendo posturas de “yoga rúnico”, pero no hay pruebas. Y sí, las posturas me resultan de utilidad, pero eso no las hace antiquísimas. ¿Qué tiene que hayan sido creadas en el siglo XX? Sin embargo a través de fingir que son una tradición de siglos quieren hacer ver a los nórdicos como el pueblo más avanzado, herederos de una corriente superior que no existe.
Pero basta de ejemplos de mi dogma, que este bucle no se centra en hablar de mí y mis observaciones “infalibles” sino en invitarlos a cuestionarse cosas.
Todas esas pruebas están hechas para manipularnos. La legitimidad de quienes dicen ser enviados de la luz o de la oscuridad no esta en esos dioses con los que cualquiera de nosotros puede comulgar. La legitimidad está en nosotros. En repetir discursos de libros sin vivirlos, sin dudarlos. En aceptar que Juanito es vidente y vio como Patito fue tomada por el diablo la noche de ayer. Aceptar que Fulanito hablaba con dioses egipcios y su tarot es más tarot que el de marsella. Si fuéramos coherentes con lo que decimos que es verdadero y absoluto, nos importaría un pepino si el kybalion es un escrito del mítico Toth o producto de la sabiduría de campesinos paganos del renacimiento. Y esta bien si nos funciona, pero no cerremos los ojos a las evidencias buscando que legitimen nuestras creencias… si lo necesitas, quizá no haz entendido nada. Pero no me creas, yo siento el tiempo despegándose de mi cuerpo y creo estar cayendo a la siguiente espiral, espero de un bucle distinto. Puede que tenga yo mis propios planes siniestros.
Si no les da miedo, con un guiño cómplice, los invitó a ahondar en sus propios misterios con un ¡Reyn til Rûna!
Gotitas de veneno:
Si sabes leer el tarot preguntate lo siguiente: Si fueran pinturas ideadas por un artista del renacimiento y se demostrara que todo el trasfondo egipcio es una pirueta mental, ¿cambiaría tu practica?
¿Hay algo de tu corriente o tus maestros que te parezca incuestionable? ¿Qué pruebas tienes más allá de lo que dicen quienes te enseñaron esa verdad? ¿Te resulta útil mantener este dogma? ¿Encuentras algún beneficio indirecto para alguien en este dogma?
Soy Skoggangr y este espacio es producto de mi voluntad.